La curiosa charla motivacional del capitán argentino de la United Cup a Tommy Etcheverry que arrasó en redes sociales
Publicado: 31 / 12 /2024La United Cup es un torneo de equipos que ya se ha hecho un espacio importante en el mundo del tenis. Sirve como una especie de regreso tras las vacaciones para los que terminaron la temporada en diciembre y compiten por 500 puntos si logran el título.
En esta competencia, cada equipo tiene un jefe, un entrenador que actúa como lo hacen en la Copa Davis. Para Argentina, ese puesto lo ocupa este año Horacio de la Peña.
Tomás Etcheverry es el mejor ranqueado del equipo argentino y, por eso, su entrenador, De la Peña, es el capitán. Aunque los demás técnicos pueden estar en el banco, solo él puede hablar con los jugadores durante los partidos que se juegan en Perth y Sídney.
Argentina ya jugó los partidos del Grupo F enfrentando a Australia y Gran Bretaña. Comenzó ganando contra los anfitriones y después perdió con Gran Bretaña, haciendo que la clasificación dependa de lo que pase el 1 de enero entre australianos y británicos. Si los australianos ganan, habrá que calcular quién pasa de fase. Así que el equipo argentino espera atento el desenlace desde la otra punta del mundo.
Lo que más destacó este lunes en el tenis argentino fue la manera en que Horacio de la Peña apoyó desde el banco. La organización de la United Cup tiene una curiosidad: deja los micrófonos abiertos para que el público escuche las charlas desde el banco. Esto permitió escuchar cómo De la Peña motivó a Tomás Etcheverry en su partido contra Gran Bretaña.
El momento más llamativo fue cuando De la Peña, conocido como “El Pulga”, le decía a Etcheverry: “¿Quién manda acá? Escuchame, el flaco está asustado. No lo dejes reaccionar”, mientras lo alentaba. Estos comentarios hicieron que De la Peña sea tendencia en las redes, enganchando a los seguidores del tenis durante la madrugada.
Con esto, De la Peña alcanzó gran popularidad, y ahora sus jugadores esperan saber a quién enfrentan si logran avanzar a los cuartos de final, con la esperanza de seguir haciendo “púmbate, púmbate” contra cualquier rival.